Fe y esfuerzo: el testimonio de éxito de Carolina Castelao

La reconocida Realtor Carolina Castelao nació en Maracaibo, Estado Zulia (Venezuela), de padres venezolanos, siendo la última de 3 hermanas. Con residencia en la Urbanización San Francisco del Estado Zulia, obtuvo su título de Bachiller en Ciencias en la Unidad Educativa Aurelio Beroes.

Posteriormente, inició estudios universitarios de Ingeniería en Computación en la Universidad Rafael Belloso Chacín donde, con apenas 17 años de edad, toma la difícil decisión de abandonar su carrera universitaria y emigrar a los Estados Unidos de Norteamérica junto con su gran amiga Norma Frassino; aventura que implicó tener que entrevistarse a tan corta edad con el cónsul de la embajada norteamericana, quien decidió otorgarle la visa para ir como turista al mencionado país, a pesar de no contar con los requisitos, las pruebas y recursos económicos necesarios para la obtención de tan importante documento.

Luego, ya el problema no era la visa norteamericana sino el dinero para poder ir de viaje. Por azares del destino consigue, en aquel momento, el equivalente a lo que necesitaba para cubrir únicamente el costo del pasaje aéreo y poder emigrar a territorio norteamericano. «Esta es solo una de las razones por la cual puedo afirmar que sin la presencia y la gracia de Dios en mi vida no hubiese podido lograr tantas bendiciones, satisfacciones y metas alcanzadas», nos comenta Carolina.

Cuando llegó a la ciudad de Miami, se encontró sin dinero y sin saber hablar inglés, sin conocer a nadie y como toda una buhonera tuvo que dormir en la calle vendiendo agua y flores y repartiendo flyers en la calle, pasando por las necesidades y penurias propias del inmigrante para poder subsistir. Encontrándose en esta situación, vivió la tristeza de no poder estar presente en el último adiós de su querida abuela Ana Victoria, la extraordinaria mujer que le enseñó a caminar de la mano de Dios para siempre.
Con el pasar del tiempo y mucho esfuerzo, pudo traer a sus padres a Estados Unidos. Luego, se convierte en madre soltera del hoy gran hombre y licenciado Leonardo Gómez.

Para ese entonces, comenzó a trabajar en una compañía de seguros y posteriormente en un dealer de venta de carros. Nos relata una interesante anécdota que sería decisiva en su vida: «Inspirada por la revelación de un sueño donde Dios me mostró una hermosa bandeja de plata contentiva de distintas llaves, es cuando decido hacer el curso de agente de real estate».

Sin embargo, no todo fue tan sencillo como parecía. «Durante mi primer año como agente inmobiliario no alcancé a vender ni una sola casa al igual que el año siguiente tampoco logré avanzar debido a las dificultades originadas por la recesión del año 2008», nos cuenta Carolina. Es ahí cuando comienza a hacer publicidad puerta a puerta, a preparar eventos para prospectar clientes y seminarios con las comunidades donde logra darse a conocer lo suficiente para consolidar –con mucha perseverancia, paciencia y fe en Dios– su exitosa carrera.

Luego de 18 años como agente inmobiliario, una carrera de grandes obstáculos en principio, pero muy gratificante y satisfactoria pues le ha permitido ofrecer soluciones a las necesidades de muchas familias hispanas inmigrantes en Georgia y la Florida, haciendo realidad en corto tiempo su sueño de tener casa propia, inspirados en la convicción de que con Dios hacemos posible lo imposible, de la mano y gracias al valioso apoyo y orientación de su lender, amiga y compañera de equipo Natalya Chacon.

Actualmente, Carolina está residenciada en la ciudad de Atlanta, Georgia y adscrita a la compañía Virtual Properties Realty donde, junto a su equipo de trabajo, ha creado la firma Carolina Castelao Key Home Group para servir con eficiencia, como se merece, a la comunidad hispana que hace vida en los Estados Unidos. Asimismo, destacan sus aportes de alimentos para 180 familias de Venezuela, trabajando junto al maravilloso equipo de Todo por ti Venezuela y extendiendo sus manos a sus hermanos venezolanos más necesitados.

«Mi mayor satisfacción al expresarles estos aspectos de mi vida transcurridos en este gran país es servir de estímulo e inspiración a nuestra comunidad de inmigrantes que, al igual que lo hice yo, con tan solo 17 años de edad, decidieron dejar sus países de origen, sus familiares, amigos y costumbres con la única esperanza de ofrecerles un mejor futuro a sus hijos y poder ayudar económicamente a los que se quedaron para que no desmayen en la búsqueda del logro de sus metas, pues con perseverancia y de la mano de Dios las podemos alcanzar», concluye Carolina.